Hola Sara.
¿existe un motivo para escribir cartas?
Cual puede ser el motivo real de escribir cartas sino el de plasmar un mensaje que nació en un pensamiento, alimentado por circunstancias y sentimientos que en un momento exacto, y bajo las condiciones de ese único instante llegué a sentir, y por la naturaleza cambiante del universo, en el siguiente segundo ya ha llegado a ser un mensaje distinto.
Profundo no? o no? Medio filosófico y rebuscado. Pero al final lo explica bien. Sigamos. .Es tratar de fotografiar con letras un instante de la Vida, el momento presente que es eterno, del cual huimos tanto recordando el pasado y anhelando el futuro, olvidando que siempre estaremos naturalmente ligados a este momento, del cual no hay otro, sino el ahora. Ya.
Cada pausa que tomo, lleva a alejarme de la línea natural del tiempo, aquella con la que despertamos y nos hace vivir pendientes del reloj, de las horas, obligaciones, ansiedades, responsabilidades adquiridas, etc… cada pausa me lleva a observar detenidamente como crecen los pétalos de una flor, como se desvanece el rocío en el prado verde de la mañana, como lentamente saludo al sol mientras sale para vernos de frente y permitirnos ser lo que somos, sol y yo.
Nada mas simple que eso.
Tú eres tú y yo soy yo.
Cada pausa es un regulador natural del tiempo, aquel que no existe, aquel que es eterno, que todo lo abarca, que a todos nos da una oportunidad de compartir un mismo espacio… pero que al mismo tiempo viene en escalas diferentes para cada ser. Al regular ese tiempo veo como nos conectamos en energía y perpetuamos nuestra existencia en un solo universo. Cada pausa me permite ver como envejezco, como mueren y renuevo mis células, como cambia mi cuerpo, como muere mi ser, mi materia, esa realidad creada por mí donde experimento sensaciones y vivo desde mi espíritu.
Cada vez que hago presente el presente, disfruto más de este viaje, de esta oportunidad, de esta vida de la cual sé muy poco, de este camino que he iniciado desde el conocimiento de mi espíritu y del cual no quiero separarme ahora, no quiero retroceder. Entiendo ahora que la realidad en la que había vivido, solo la había creado mi mente con pensamientos basados en más realidades, aquellas que te llenan de cosas, de triunfos alimentados por un hambre de reconocimiento, de aprobación, de aceptación de quienes te rodean.
Ser diferente dentro de un mundo de iguales, en una carrera inventada por nuestro ego para ver quien de todos logra llegar con más cosas al final del camino, pero si nos sentáramos todos a dibujar en un papel cual es el final del camino, no sabríamos explicar cual es, no sabríamos describir qué es ese final que buscamos, no lograríamos conectar esa idea con la ilusión falsa con la que escondemos nuestras metas llamada “felicidad”.
Tan equivocado estaba buscándola, que caminé por varios senderos, por varias rutas, perdido entre falsos letreros de humo, que al conseguirlos y alcanzarlos se desvanecían en el aire y volvía a perderme en un desierto nublado del cual no tenía señales por donde continuar. Con los ojos cerrados y los brazos extendidos caminaba hasta encontrar algún cambio en el ambiente, sin importar su procedencia por allí continuaba para seguir buscando, pero lo único que lograba era dar otra vuelta y llegar al mismo punto. Imitaba falsos ejemplos, falsos modelos, felicidades ilusorias, como si esta se pudiera plasmar y mostrar.
Cuando más perdido me encontraba, decidí sentarme, no caminar mas, no intentar ver señales en medio de la niebla, no buscar rumbo, no buscar más camino.
Derrotado, con mi cuerpo sobre el piso, cerré los ojos, cerré mi boca, tapé mis oídos, callé mi mente. O al menos lo intentaba. Intentaba callar esa mente que busca justificar todo, ese ego que pone excusas, culpables, argumentos, rótulos y nombres, a todas las cosas que pasaban a mi alrededor, a todo lo que me ocurría, a todo lo que había hecho, y a lo que no también.
Poco a poco, esa voz perturbadora y llena de preocupaciones, tristezas y dolor, se fue callando, se fue haciendo más débil, se fue desvaneciendo. No por completo, pero sí me permitió ver luz.
Una luz que nunca había experimentado, una sensación de serenidad blanca y completa, que te hace sentir conectado a todo tu entorno y te hace entender que todo aquello por lo que te preocupabas, todo aquello que buscabas, todo aquello donde querías llegar… no estaba en ningún lado, Todo estaba dentro de Ti.
Ya no había quien escuchara mi conciencia, ni siquiera yo, gritaba desesperada para que la escuchara, y cada vez que aparecía con algún juicio, con alguna excusa, con algún argumento… la visualizaba, la miraba a los ojos, la abrazaba, la amaba por unos segundos, luego la volvía a mirar y le decía: “Ok, no pasa nada”. Y seguía disfrutando de mi presente.
Allí descubrí, que si no hay quien escuche tus tristezas, tus juicios, tus preocupaciones… simplemente se desvanecerán. Un ejemplo simple es cuando una persona te cuenta algo para que se lo digas a alguien más. Si simplemente lo escuchas, lo miras a los ojos, lo amas y le dices: “Ok, no pasa nada”, en unos pocos segundos se irá de tu lado, dará la vuelta y buscará alguna conciencia donde refugiarse, alguna mente donde vivir, alguien que lo alimente y reafirme su existencia dándole argumentos de sus juicios. Pero si reconoces que existe pero, sin juicio alguno dejas que viva, sin ser parte de él, se desvanecerá con la misma fuerza con la que ha llegado.
Llegando al estado de tranquilidad, he podido observar como se comportan mis pensamientos, mis sentimientos, mis emociones. He podido ver como se alimentan y como se desvanecen. Sus fortalezas y debilidades. He visto y disfrutado cada emoción que viene por naturaleza en nuestro ser, he dejado en libertad la tristeza, la ansiedad, la alegría, la depresión, el amor, para que cuando deban aparecer aparezcan, cumplan su ciclo y continúen. El sufrimiento es una opción. Es de libre elección, cada quien puede sufrir lo que desee, es opcional. Pero si amanezco triste, triste me sentiré y amaré ese momento, lo miraré a los ojos, lo abrazaré y le diré que está bien que aparezca, pero que no hace parte de mi. Puede quedarse y lo acompañaré, no crearé resistencia, y una vez vea que no tiene de que alimentarse se irá, antes de darme cuenta.
Me he extendido mucho por los millones de motivos que he encontrado para escribir cartas, espero no perder el camino y hacer todas las que deba hacer, por que no hay que resistirse a nada. Lo que es, así será, en el momento correcto y justo, viviendo aquí y ahora.
Han sido innumerables las experiencias que esta nueva Vida me ha traído, y es esta la motivación principal para compartir mis experiencias carta a carta, palabra a palabra. Cada persona tiene su momento justo para entender lo que deba entender, a lo que esté preparado o preparada para Vivir, el futuro es fácil pronosticarlo, sólo tienes que ser consiente de lo que estás haciendo en este momento, en el presente, enfócate en lo que haces hoy y cómo te va a llevar a la meta más cercana que te has propuesto. Así llegarás sin perderte en el camino.
Solo han sido experiencias personales, pero si pueden ayudar a que encuentres motivación, o tranquilidad cuando te hayas perdido en el camino, ha valido la pena entonces. Espero encuentres la paz y la armonía con la que desees vivir, solo tú la escoges, solo tú sabes como deseas vivirla. Esa felicidad de la que tanto hablan, no se consigue, no se encuentra, no se gana, la felicidad es el camino, no es la meta. L
a felicidad no está afuera, está dentro de ti. No busques entre la niebla, cierra los ojos, pasa a través de tus pensamientos, busca dentro de tu más pura esencia, allí donde todo calla, donde hay vacío, donde habita la nada, allí y solo allí podrás ver con claridad, solo allí se encuentra la verdad y el final del sufrimiento.
Besos,
Tu tío Benjamín.
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