Mira la sensibilidad como un puente, como una fuerza, como un manto, como un abrigo;
Una capa que te cubre y conecta al lado invisible de la vida, y desde los ojos del alma es infinitamente necesario vivirla, sentirla, dejarla fluir y volar en los destellos de alegría infinita que se mueven dentro del pecho y con una bocanada de aire te rindes ante ella.
Mira cuan sensible es.
Déjala libre para que emane desde cada lugar consciente de tu ser, deja que guie tu instinto y abra los placeres del alma, tan necesarios para reconocer el buen(vino) camino y el vivir en calma,
Evita poner la razón por encima del corazón, la cordura sobre la locura, la amargura sobre la verdad, la aprobación sobre lo auténtico.
Mira la sensibilidad como el hilo invisible que guía tu mirada diciéndote hacia donde seguir, como olfateando con los sentidos el ambiente y sintiendo la energía suficiente de vuelta, que te invita a seguir su dirección y donde todo lo que haces, retorna en plenitud.